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Y claro, como era de esperarse sí tuve una buena temporada dentro de la Hope's Peak Academy como una estudiante común y corriente, aunque desde ese momento yo sabía que tenía un brillo especial en mi interior que necesitaba salir para, así, iluminar a los demás. Intentaba sacarlo a base de crear chocolates pero. . . ¡Definitivamente eso no era suficiente!
El tiempo pasó y, bueno, como todos saben, llegó La Tragedia. Bla bla bla Enoshima Junko, bla bla bla desesperación, bla bla bla explosiones y muertes, bla bla bla Fundación Futuro. Cosas que ya todos sabemos y aborrecen, ¿Verdad? Lo bueno del caso es que yo, una persona llena de la más pura esperanza, no terminé cayendo en esas feas garras y empecé a trabajar en la Fundación Futuro. Qué cliché, ¿Uh? Pero vender chocolates a los miembros de dicha organización no fue lo que me trajo hasta aquí. Mi alto nivell se debe a mi duro esfuerzo y a mi dedicación en el campo laboral. Sin autorización alguna emprendí varias series de investigaciones acerca de la desesperación que se encontraba en las calles, así como a sus afectados, y así pude llegar a comprenderla.
¡Pero oh! Me atraparon con las manos en la masa. Qué decepción. . . ¡O qué orgullo! Porque allí descubrieron mi potencial como investigadora, así que me terminaron llamando Ultimate Investigator. ¿Mi trabajo? Investigar con sujetos que me iban entregando para ver si se lograba encontrar una cura para tanto desastre. Eso SÍ fue lo que me trajo aquí.
Empecé un experimento para ver qué tanto podían luchar sujetos con talentos excepcionales contra la desesperación en nombre de la esperanza. ¡Eso sí que era lo que estaba predicho para mí! ¡Esa sí era mi vocación! No hacer chocolates como los idiotas de mis padres. De esa manera logré hacerme con una gran cantidad de Ultimates; desesperados o no, los sometí a las investigaciones que hiciera falta. Y el resultado siempre era el mismo.
La esperanza siempre ganaba, sin importar qué.
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